El reto de vender artesanías locales al mundo

The challenge of selling local handicrafts to the world

En Tandil, un padre le enseña a su hijo a trenzar cuero crudo para el mango de un cuchillo que usará un empresario en Rusia. En Belén, una abuela le muestra un telar a su nieto y juntos confeccionan un poncho para una empresaria libanesa. En La Carlota, un maestro artesano enseña a un aprendiz a hacer una hebilla de alpaca para un jugador de polo en India. El comercio electrónico irrumpió con fuerza en todas las zonas y el mercado artesanal local no tenía por qué ser la excepción.
Antonio Martínez Pagola es un apasionado de la artesanía gaucha y de los pueblos originarios y quiere que el resto del mundo se una a él en esta pasión. Para lograrlo, creó Vakiano, una plataforma de comercio electrónico que ofrece productos autóctonos a compradores internacionales interesados en la cultura argentina.

1 Un modelo curado.
“Tandil es la ciudad de los cuchillos, donde hay maestros, como César García o Pablo Lozano, que han enseñado a trabajar el cuero crudo. En las zonas rurales de las provincias de la Mesopotamia argentina, se usa más el caballo que el carro debido al agua, por lo que se desarrollan más sillas de montar y lazos. En Salta y Catamarca se trabaja mucho el telar, se confeccionan ponchos y también hay muchos productos de metal de alpaca”, explica Martínez Pagola sobre la producción artesanal en el país y podría seguir mencionando regiones y sus especialidades durante un buen rato.

“Destacamos la buena relación con el proveedor”, afirma el emprendedor, quien conoce personalmente a los 200 artesanos que trabajan con Vakiano. Se define más como curador que como emprendedor y afirma que siempre ha tenido predilección por la artesanía.

Martínez Pagola ha trabajado varios años en distintos negocios vinculados a este rubro, primero como empleado y luego, con su propio emprendimiento, Claraz, un local ubicado en el barrio porteño de Recoleta que se ha especializado desde hace varios años en acercar productos locales a los turistas que se alojan en los distintos hoteles de lujo.

2 Un refugio digital para la tradición.
El espacio tecnológico lo aportaron sus socios Gonzalo Lissarrague y Esteban Algorta. Lissarrague, quien trabajó en Thomson Reuters durante 25 años y se especializó en transformación digital en la Escuela de Negocios Insead (Francia), considera que el mundo digital permite abrir nuevos mercados para productos tradicionales de alta calidad.

“Queremos mostrar al mundo el trabajo que hay detrás de cada artesanía, mostrar al artesano, permitir que se vea el componente cultural y cómo se transmite de generación en generación. Hay un trabajo extraordinario que no solo reside en el cuchillo o el poncho, sino en todo lo que lo sustenta”, afirma Lissarrague. Por eso, en el sitio web de Vakiano hay una lista de artesanos clasificados según sus especialidades.

El proyecto también busca generar un impacto social: «Queremos que las personas puedan crecer desde su lugar de trabajo y vivir dignamente con lo que hacen. Queremos conectar a un artesano en Salta con una persona en Dubái interesada en comprar un poncho; a alguien que fabrica una silla de montar en Santiago del Estero con una persona en Hong Kong que busca un producto único».

Además de servir como escaparate internacional, Vakiano busca ser un lugar seguro para los artesanos, por lo que proporciona los materiales y garantiza un cierto volumen de compras para que puedan trabajar sin preocupaciones. Una de las medidas adoptadas para lograrlo es permitir que cada proveedor decida el precio del producto según su valor.

Muchos artesanos venden muy poco y elaboran sus productos en su tiempo libre. Intentamos apoyarlos para que puedan desarrollar aún más su talento. Hablamos de técnicas que se transmiten de generación en generación; no hay escuelas, solo niños que aprenden de sus padres y mejoran gradualmente, sostiene Martínez Pagola.

3 Lujo clásico.
Este negocio apuesta por descubrir nuevos segmentos con capacidad de pago en Estados Unidos, Europa, Asia y Medio Oriente donde los consumidores interesados suelen optar por productos industrializados porque no existe una fabricación tradicional.

Es un producto premium. Quienes buscan este tipo de objetos también esperan que les llegue a través de un canal y con una calidad de servicio que no les defraude. Queremos que la persona en Hong Kong reciba la caja Vakiano y comprenda qué hay detrás de esa obra, que viva una experiencia única que la acerque al artesano y al lugar donde se creó la pieza, explica Lissarrague.
Para generar esta experiencia, la empresa ha optado por un sistema de entrega puerta a puerta y ha implementado un seguimiento de entregas en tiempo real. Además, ha creado una línea de conserjería que permite a los clientes personalizar el producto.

4 Números artesanales.
La inversión inicial del proyecto fue de US$200.000 y esperan alcanzar el punto de equilibrio durante el primer año, aunque entienden que posicionar la marca puede llevar tiempo. El lanzamiento se apoyó en una campaña de marketing digital y aún se encuentra en la etapa de exploración de mercado.
Aunque Vakiano aún está dando sus primeros pasos, el equipo ya piensa en establecer escuelas artesanales para seguir impulsando el talento local. «La idea era desarrollar una plataforma para acercar a los artesanos al mundo y el mundo a los artesanos. La posibilidad de contar con un mercado que valore su arte y esté dispuesto a pagar por él es lo que permitirá que estos maravillosos oficios sobrevivan y se transmitan de generación en generación», explicó la empresa.

MINIBIOS
Experiencia
Martínez Pagola trabajó durante varios años en distintos negocios vinculados a la zona, primero como empleado y luego con su propio emprendimiento, Claraz, ubicado en el barrio de Recoleta.

Pareja
Gonzalo Lissarrague es abogado de la UBA y magíster en Marketing de la Universidad de San Andrés . Estudió en Insead (Francia) y trabajó durante 25 años en Thomson Reuters. Actualmente es socio fundador de Latus View.

Pareja
Esteban Algorta estudió Economía Empresarial en la Universidad Di Tella , realizó un MBA en Insead (Francia) y trabajó para empresas como Axion, Pepsico, Nestlé y The Boston Consulting Group. Desde 2018, colabora con Lissarrague en Latus View.

Edición impresa

Edición impresa

0 comentarios

Dejar un comentario

Ten en cuenta que los comentarios deben aprobarse antes de que se publiquen.